esperando conocerte … 

Todos tenemos un amigo que ha decidido ser padre soltero.  Como todo plan de futuro ser padre. Cantantes,  actores,  famosos…., cada vez más personas que de un modo u otro conocemos deciden ser padres a pesar de no tener pareja.

Son seres valientes y únicos a los que deja de preocupar como recibirá su entorno la noticia,que pensarán en el trabajo,  o como cambiará su vida tras la maternidad (o la paternidad).

Porque la vida te cambia,  sí o sí. Entre embarazo y lactancia,  pasan tranquilamente un par de años sin salidas nocturnas,  sin viajes con amigos, sin sexo. Una baja por maternidad en un trabajo temporal significa que no sabes si tu puesto estará esperando cuando te incorpores, incluso si tu puesto es indefinido , no puedes saber que pasará .

Podría hablaros también de alguno de nuestros cantantes más internacionales que ha sido padre a través de un vientre de alquiler,  pero eso, al menos a mí,  me queda tan distante,  que no sabría contaros las dificultades y la incertidumbre por la que pasó hasta tener a sus hijos en casa.

Así que os contaré la historia de una mujer valiente que decidió no esperar a que las cosas ocurrieran y fue a darles el encuentro.

Mila llevaba años madurando la idea en su cabeza. Entraba y salía de su trabajo con tanta naturalidad que ya no esperaba firmar un contrato indefinido. 

Los novietes de turno,  ranas o príncipes,  terminaban definiéndose como sapos verdes, no más.  

Esperar al amor de su vida, al compañero ideal para ser madre,  era algo que estaba lejos de sus planes inmediatos. 

Para lo único que no encontraba excusa en su cabeza era para hacer realidad su sueño de ser madre.

Si es niño, se llamará Luca!

Y así fue como tras casi dos años de tratamientos hormonales y varios intentos de fecundación in vitro fallidos, por fin el test de embarazo se rebeló rotundo y sin lugar a dudas con dos rallitas rosa. 

Lloró de felicidad hasta quedarse dormida. 

Esperó los tres meses de rigor para comunicarlo a familia,  amigos y en el trabajo,  y no ocurrió nada. 

Estaba tan radiante,  manaba tanta luz y tanta felicidad de ella, que iluminaba la vida a todos los que tenía cerca. Y así fue como pasó un embarazo maravilloso,  lleno de atenciones,  sin echar en falta nada, sintiendo como Luca crecía en su vientre.

Ser madre era su mayor sueño desde niña. Lo tenía todo planificado: el primer hijo a los 19, y luego dos o tres más.  Así cuando fueran mayores, ella aún sería muy joven y podría disfrutar cada paso con ellos casi con la misma forma de pensar.  Pero todos aquellos sueños jamás llegaron.  Sueños de niña ilusa que nunca se cumplieron. 

 Año tras año, hasta cumplir cuarenta y cinco,  y se plantó. 

Así fue como el pequeño Luca vino al mundo,  como se suele decir, con un pan debajo del brazo. 

Renunció a tener vida privada,  sin un tiempo definido,  a cambio de traer una vida nueva al mundo. Siendo consciente de que Luca no le había pedido nacer.

Mila no se quejó nunca por los efectos del embarazo en su cuerpo,  por las malas noches,  por las estrías,  o porque todos los amigos que no lo eran,  se transformaran en ángulos de un pasillo de hospital cualquiera. 

Su vida cambio completamente,  pero a mejor. Todo aquello que sobraba en ella, desapareció de un plumazo, y sólo quedó lo esencial. 

Para mí,  está historia,  que es real,  me empuja a luchar por mis sueños,  así estén en lo más alto de la montaña más alta,  porque los sueños,  se cumplen. 


Isabel Jiménez 

Dedicado a Luca: esperando conocerte

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