Una vez me encontré un malaje.
Un malaje que me decía #tequiero porque era lo que le nacía, o porque le daba la gana, vete tú a saber.
Mi malaje iba y venía según le sobraba tiempo. A veces me recordaba y entonces sí: era el malaje más enamorado.
Una, dos y a la tercera vez que no encontró tiempo para mí, yo lo olvidé, por malaje claro está.
Tú no te enfadas conmigo nunca , me dijo mi malaje. Y yo, ya no estaba allí.
Isabel Racero
Te felicito por su blog
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Gracias Roberto
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Un placer y honor
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